sábado, 7 de abril de 2012

Impresoras 3D














Las impresoras 3D se utilizan desde hace más de una década para la realización de prototipos de piezas que luego se quieran fabricar en serie: son habituales en campos como el diseño industrial, la ingeniería, la arquitectura, la educación u otros relacionados con las bellas artes y la creatividad con nuevas tecnologías. Ahora nuevos modelos adaptados al campo doméstico, y con precios más asequibles, buscan acercarse al consumidor con propuestas imaginativas. 

Aunque hay diferentes métodos de impresión 3D, uno de los más utilizados, por su coste por pieza y velocidad, son las impresoras que permiten crear objetos tridimensionales mediante la superposición de capas de materiales, como plásticos o resinas, que se funden o ablandan parar crear las diferentes formas. También se utiliza el método de impresión por inyección, mediante la superposición de capas de polvo o resina que quedan pegadas entre ellas. 

En los últimos años, la impresión tridimensional se ha extendido a diferentes actividades y áreas más allá de la ingeniería, gracias a los avances en diseño en tres dimensiones y al descubrimiento de nuevos materiales que permiten crear piezas de forma más eficiente y sencilla. Todo ello se ha plasmado en modelos de impresoras que llegan por vez primera al usuario convencional. Pero a pesar de que su coste ha bajado en los últimos años -las primeras impresoras 3D para la realización de prototipos rápidos tenían un precio entre 100.000 y 500.000 dólares-, son todavía una tecnología solo al alcance de empresas y profesionales.  

El modelo ZPrinter 150 -uno de los más baratos del mercado en este segmento-, que realiza la impresión 3D de piezas monocromo, tiene un coste estimado en 15.000 dólares, mientras que el modelo de impresión de piezas a color de esta misma compañía, el ZPrinter 250, tiene un precio estimado que se eleva a 25.000 dólares.

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